Si hubo un elemento que signó la emergencia del pensar dialéctico fue, sin duda alguna, el espíritu agonal, la discordia, el desacuerdo; ya se trate del diálogos con que se procuraba derribar la argumentación del oponente (dialéctica subjetiva zenoniana del pensar), ya del movimiento contradictorio/negativo de lo real (dialéctica objetiva heracliteana de las cosas). Con la fenomenología hegeliana, este ciclo de eterna repetición se transformó en un movimiento de síntesis superadoras; poco después, la “inversión” marxiana nos invitó a leer la dialéctica como confrontación social. Por caminos diversos, el “último” Sartre y la teoría crítica frankfurtiana han contribuido a problematizar/complejizar/criticar la herencia hegeliano-marxiana del pensar dialéctico. En tanto, la deconstrucción derridiana propuso un desplazamiento “ínfimo y radical” inaugurando un cruce sumamente productivo con dichas derivas dialécticas. En todos los casos, se ponderaba el espesor negativo, tensional, agonal e incluso trágico-aporético, inherente a los modos de relación con lo(s) otro(s), al mismo tiempo que la apertura incondicional a los espectros redencionales de la justicia, la hospitalidad, el vínculo mimético o la democracia por-venir. En las antípodas de una ne-gatividad entendida como exigencia de la vida dañada, el neonietzscheanismo afirmativo tomó distancia de toda dialéctica hasta perderse en un nomadismo sin fin. Intentaremos posicionarnos respecto de estos cruces y de esta disputa antidialéctica
If there was an element that showed the emergency of the dialectical thinking was, without any doubt, the agonal spirit, the discord, the disagreement, either dialogos that they tried to refuse the argument of the opponent (zenonian subjetive dialectics from the thought), or the contradictory/negative movement of the real (heraclitean dialectics objetive of the things). According to the hegelian phenomenology, this repetition process became into a movement of upper synthesis; then the marxianian inversion invited us to read the dialectics as a social confrontation. By different ways, “the last” Sartre and the Frankfurt’s critical theory have contributed to problematice, to complejize, to critize the hegelian-marxianian heritage from the dialectics thought. Meanwhile, the derridian deconstruction purposed a displacement insignificant and radical opening a productive discussion with those dialectical drifts. In all the cases, it was pondered the density negative, agonal, tensional including tragical inhering to the relation moods with the other and with the others at the same time that the unconditional opening to the redeemers spectros of the justice, hospitality, the mimetic connection or by démocratie à venir. In the antipode of one negativity understood as requirement of the damaged life, the affirmative neonietzscheanism got distance from all dialectic up to get lost in nomadism without ending. We will try to get a position according to these crosses and of this antidialectical dispute.